La industria de la moda ha sido fuertemente golpeada debido a la crisis ocasionada por el COVID-19. En 2020, más de dos millones de trabajadores han perdido su empleo debido al cese de los procesos de producción, a la baja demanda ocasionada por la incertidumbre económica y al cierre y la clausura de muchas tiendas físicas alrededor del mundo (The Ellen Macarthur Foundation, 2020).
Si bien no es la primera vez que el mundo debe recuperarse de las consecuencias de una pandemia, puesto que existió la de la Peste negra [1347 – 1351], la de la gripe española [1918-1920], la del ébola [1976], ente otras (El correo, 2021), la Fundación Ellen Macarthur señaló que “las soluciones del pasado no son suficientes para los problemas que enfrentamos hoy”.
La economía circular, utilizada como un instrumento de desarrollo económico que busca reducir el impacto ambiental, es una solución. Este modelo de producción permite reforzar la innovación, reducir la dependencia y el daño al medio ambiente y crear nuevos puestos de trabajo.
A partir del año 2020 la mayoría de las ventas han sido a través de internet. El comercio electrónico, sobre todo en el sector de la moda, ha crecido más rápido de lo previsto, creando nuevos desafíos y oportunidades al consumo. Un estudio realizado en clientes alemanes y de Reino Unido en 2020 probó que el 43% de las personas había comenzado a comprar en línea por primera vez, y el 28% esperaba reducir su compra en locales físicos en el futuro.
En esta nueva situación existen dos nuevas oportunidades de inversión circular, ambas con crecimiento potencial y posibilidad de reducir el riesgo de futuros shocks: los modelos de negocio de alquiler y re-venta de ropa y la recolección, clasificación y reciclaje de ropa (The Ellen Macarthur Foundation, 2020).
Modelos de negocio de alquiler y reventa de ropa
En una encuesta realizada en 2020, más del 60% de los consumidores han indicado que han reducido su gasto en vestimenta durante la crisis, señalando que desean mantener este comportamiento incluso en una época post-pandemia. Del mismo modo, gran parte han debido ajustar su presupuesto a las compras debido a sus nuevas situaciones económicas, optando en muchas ocasiones por la compra de prendas de segunda mano. Al lograr que el mismo elemento sea utilizado por más de un cliente a lo largo de su vida útil, se incrementa la ganancia en comparación con el modelo lineal tradicional. Por el momento, los estudios muestran que las personas son más propensas a alquilar accesorios que prendas de vestir.
Recolección, clasificación y reciclaje de ropa.
Durante el último año se han producido numerosas cancelaciones a pedidos que ya habían sido producidos, creando así un gran riesgo de llegar a medidas de “destrucción de producto” para evitar el sobre-stock en las tiendas. Solo en la ciudad de Nueva York (EEUU) se utilizan más de 20 millones de dólares al año en la incineración de textiles, donde la gran mayoría son prendas de vestir. Invertir en la recolección, la clasificación y el reciclaje de ropa puede ofrecer resultados favorables tanto de forma económica como medio ambiental.
Invertir en la economía circular en el sector de la moda tiene grandes ventajas, como evitar la creación de desperdicios, la preservación del agua y del medio ambiente, la creación de nuevos puestos de empleo, e incluso, en algunas ciudades, se puede gozar de la reducción de impuestos por la recolección y reciclaje.
Referencias:
The Ellen Macarthur Foundation. (27/10/2020). 10 circular investment opportunities for a low-carbon and prosperous recovery. Recuperado el 13/06/2020 de: https://www.ellenmacarthurfoundation.org/news/circular-economy-and-the-covid-19-recovery
S.N. (07/04/2020). Las 10 mayores pandemias de la Humanidad (y cómo se resolvieron). El Correo. Recuperado el 17/06/2021 de: https://www.elcorreo.com/tecnologia/investigacion/mayores-pandemias-humanidad-20200403132555-nt.html
Grupo industria. (22/03/2019). La ropa que no se compra, se quema. Recuperado el 19/06/2021 de: https://www.grupoecoindustria.com/la-ropa-que-no-se-compra-se-quema/